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martes, 14 de mayo de 2013

Pensamos que será la felicidad eterna, pero no lo descubres hasta que sucede.

En verdad, no sé por donde empezar. Hace tiempo que no me desahogo escribiendo y dudo que pueda retomarlo, pero lo intentaré. Se acabó, y esta es la definitiva. Conseguí mi objetivo, mi mayor objetivo, el mejor y el que más me ha costado conseguir. Pero ya está, pasó. Llevamos toda la vida intentando conseguir algo, luchando contra un reto, pero, ¿Y cuando lo consigues? ¿Qué pasa después? Nunca me lo había planteado hasta ahora, cuando ya ha sucedido. ¿Qué pasa cuando logras tu objetivo? Nada, básicamente. Unos minutos de gloria, de satisfacción y de felicidad pero nada más. Ya no te queda nada por lo que luchar porque lo has conseguido, estás orgullosa de tu esfuerzo, o no, pero eso no importa, porque buscas otro objetivo. Otro reto en el que dejarte la piel, otro reto para estar entretenida en el camino y tener una gran alegría en el final. He aprendido que la vida y la felicidad se basan en eso. En proponerte tus propias metas, en retar al cielo para conseguirlo, en jugarte la vida en ello, en hacerte fuerte en cada intento de derrota, y en la pizca de felicidad que te entra al creer que estás a milímetros de tocar el cielo con las puntas de los dedos. Sí, ese cielo que tanto tiempo llevabas esperando alcanzar. 
Pero al final, cuando consigues tocarlo, estás en un extremo tan alto que solo te queda caer. Hay veces que puedes sostenerte en esa línea, si tú y el reto al que querías llegar estáis en el mismo equilibrio, si no es así, no esperes algo más, porque lo único que podrás hacer es amortiguar un poco la caída, y buscar otro objetivo que este a tu altura, que consiga mantenerte, conservar tu equilibrio, y sobre todo, hacer lo imposible para que no caigas.

viernes, 19 de octubre de 2012

Y que a veces, hay que olvidar lo que uno quiere y recordar lo que merece.

Han pasado tantas cosas desde la última vez que escribí.. y estoy de vuelta en una situación parecida.. Lo volví a hacer, otra vez.. Volví a luchar, porque lo necesitaba, necesitaba sentirlo cerca, necesitaba tenerlo a mi lado, otra vez. No me fue del todo mal, el caso es que lo conseguí bastante fácil, e aquí mi error.. porque lo que fácil llega, fácil se va. Y así ha sido, no a pasado ni una semana y todo, absolutamente todo se ha perdido. He vuelto a cometer el error, el que tantas veces me dije que no volvería a cometer.. que estúpida, ¿verdad? He sido demasiado idiota, y podría calificarlo como incluso más..No tenía sentido que lo volviera a hacer, acabaríamos igual, como siempre, es rutina, es el destino, no estamos hechos para estar juntos, por más que lo intentemos, ahora sí que lo tengo asumido. El problema es, que volvería a caer, volvería a cometer ese error que tanto me gusta, el error más bonito de mi vida.. el problema es que es eso, un error, pero es tan difícil.. a su lado mi orgullo se desprende por los suelos, y lo peor es que no me arrepiento, aunque yo ahora este aquí, sin que nada pueda salvarme, no me arrepiento, pero sabía exactamente que pasaría e intenté cambiarlo y hacerlo todo a mejor para desafiar el destino, pero lo que ya está escrito, jamás se podrá borrar. Con esto he aprendido que nunca debo tomar como prioridad a quien me toma por opción, que las cosas cambian demasiado rápido, al igual que el tiempo, que las oportunidades, las que de verdad nos hacen felices, solo se cumplirán una vez, las demás serán desaprovechadas, y si perdiste la oportunidad de verdad, jamás la podrás recuperar porque quien no quiso cuando pudo, no podrá cuando quiera. También he aprendido que para sanar una herida, hay que dejar de tocarla, y por más que me cueste es lo que debo de hacer. Y que tengo que alejarme de lo que me hace daño, aunque no quiera, y algo dentro de mí me diga que no lo haga. Creo que llego el momento de quererme, de valorarme, de confiar en mi misma, de sonreír, y de luchar por mi y solo por mi, porque si yo no lo hago, estoy completamente segura de que nadie lo hará por mi. Que conforme están las cosas, no te puedes creer ni fiar de nadie, que las promesas, sencillamente no existen, la gente promete cualquier cosa y luego no la cumplen. Que no hay que prometer nada que se supone que va a ser dentro de o para mucho tiempo, porque de aquí a allá, pueden pasar todo tipo de circunstancias, tanto buenas como malas, el caso es que lo que una vez cambia, en la vida vuelve a ser igual, lo sueños, los sentimientos, las ilusiones, el amor.. 
Y ahora toca pasar página, conocer nuevo mundo, nueva gente, nuevos lugares, nuevos momentos y recuerdos que guardar, para que los viejos vayan cogiendo menos hueco para dejarle sitio a los nuevos, llego la hora de cambiar, y no digo que ahora este destrozada porque la verdad estoy bien, más mal que bien pero bueno, creo que es mejor así y que con el tiempo, aprendes quien de verdad merece la pena, y que ya todo se pondrá en su lugar.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Llevo los pantalones rotos, como el corazón.

Puedo afirmar, y reafirmar, que no soy feliz. Pero a lo largo de mi vida, he tenido tantas derrotas, que a pesar de todo, sonrío, e intento aparentar que estoy bien, que mis sonrisas no son falsas, y tanto tiempo de prácticas, al final ni se nota. De día puedo parecer lo más tonto del mundo, porque me tiro todo el día haciendo tonterías, riéndome, y más cosas que supuestamente hacen las personas ‘’felices’’. El problema es cuando llega la noche, o simplemente estoy sola, encerrada en mi cuarto, es cuando de verdad demuestro como soy, más bien como estoy. Empiezo a recordar, todo lo que pasó, todo lo que iba a ser y no lo fue, empiezo a recordar cada momento, y pensar que ya nunca volverá a ser lo mismo, jamás, mientras que miles de lágrimas me recorren el rostro. Y en ese momento, lo único que me apetece es ponerme los cascos, música a todo volumen, y desaparecer, es lo único que me aleja un poco de todos los problemas, pero a la vez me atrae a ellos. Y así son todas y cada una de mis noches, tumbada en mi cama, música a toda hostia, recuerdos, y lágrimas, que son las únicas que me acompañan cada noche. Y al día siguiente, la misma rutina, nada más levantarme, a lavarme la cara, fingir una sonrisa, y a aguantar otro día más de mierda.

Pd: Y es que no, no puedo. No consigo superarlo. Superar que ya no está, y que no volverá nunca, que lo he perdido, y que no sé si llegaré a encontrar a esa persona que me haga feliz, porque está tardando mucho en llegar, y a mí se me esta agotando la paciencia. Y que es inexplicable como me siento por dentro, y solo me limito a gritar los ‘’ayuda’’ en silencio.



martes, 11 de septiembre de 2012

Y ahora toca superar el pasado y buscar un feliz futuro.

Ha llegado el momento, en el que ya va siendo hora de dejar el pasado atrás. Que llevo mucho tiempo intentando avanzar, dando un paso hacia delante, pero dando dos hacia atrás, y me he dado cuenta que a si lo único que voy a conseguir es hacerme daño a mi misma, más de el que ya llevo encima. Y creo que ahora, es el mejor momento de rehacer mi vida, porque antes todo lo que quería, es lo que debo y quiero ignorar ahora, y sí, debo admitir, que así es un poco raro, pero esto es lo que siempre ha querido el destino, una lección, y muy bien aprendida. Y sí, que va a ser imposible olvidar, pero lo que voy a hacer y estoy haciendo, es superar, y lo estoy logrando, porque sí, porque lo necesito, porque quiero, porque llego la hora de buscar a la felicidad, de buscar a esa persona que me haga reír más veces que llorar, que este siempre para darme la mano, que saque lo mejor de mi, que no me falle, que no me haga daño, una persona que merezca la pena, una persona que me acepte tal y como soy, que adore mis virtudes y que me quiera a pesar de todos mis defectos. Una persona que a pesar de todo, no me deje nunca. Una persona que me demuestre que le importo, y que de verdad puedo confiar en ella, y que me demuestre que debo luchar por ella, porque nunca encontraré a alguien así, pero sobre todo, una persona que me haga feliz, y para siempre.

viernes, 24 de agosto de 2012

El problema es que todo esto me lo callo porque es más cómodo engañar.

Triste. Débil. Enamorada. Confundida. Rota. Deprimida. En estos momentos no sé con cuál de esos adjetivos podría definir mi estado de ánimo, la verdad es que no podría elegir uno solo, ya que todos son los que me completan. O no. Estoy echa un lío, y rota también, pero en trozos pequeños, y en sí machacados, el problema es que más de la mitad me los rompió y machacó la misma persona, y como para completar algo hay que terminarlo, he terminado yo de rematar los que quedaban. He llegado al límite, ya no puedo fingir más… fingir que estoy bien, que asumo mis errores, que asumo que lo he olvidado, que asumo que me va estupendamente, que todo es cuestión de tiempo, y un largo etcétera, ya no puedo más. Que el ser fuerte llega a un límite, y yo lamentablemente lo he superado. Que esto es demasiado para mí, se me echa todo encima. Sinceramente, lo único que me apetece ahora es desaparecer, para siempre, porque creo que así es la única manera de que se solucionen mis problemas. Dicen que todo se cura con el paso del tiempo, y debo decir que creo que es mentira. Porque hay cosas que por más que quieras, es imposible curar, porque cuando están sin parar de tocar la herida, cada vez se infecta más y más, y así es imposible curarla. Supongo que eso es exactamente lo que me pasa a mí. Pero no puedo más, esto me supera. Lo único que tengo claro es que mis esperanzas se han acabado, y lo único que puedo decir en estos momentos, es que no estoy bien.

sábado, 4 de agosto de 2012

Debemos recordar siempre, que después de algo malo, viene algo bueno.

Llega un momento, en el que tienes tantos problemas, que piensas que no tienen solución, y te dicen que si tienen, pero tienes que encontrarla, y tu insistes en que no, que no la encuentras, pero, ¿sabes? Todo problema tiene su solución, y no es cuestión de encontrarla, sino de saber buscarla. Unos meses atrás, fueron los peores meses de mi vida, en el que me pasaba exactamente eso, y suelen decir que lo que no te mata, te hace más fuerte y que maduramos con los daños, no con los años, ¿no? Pues yo he aprendido que no merece la pena sufrir, por alguien que no supo valorarte. He aprendido que a veces, con quien más nos peleamos, es con quien más nos queremos. Que la vida, no todas las personas que te pone por tu camino son las correctas, algunas son simples lecciones para que cuando venga la destinada, estés preparado. He aprendido que si hay cosas que te duelen, que te matan por dentro, no debes callártelas, porque fingir que no duele, duele el doble. He aprendido que a pesar de la distancia, esos km jamás separarán lo que un día unió el destino. También he aprendido que por más que ayudes a una persona, nunca se dará cuenta, pero cuando cometes un error, no lo olvida nunca. He aprendido que lo que mal empieza, mal acaba. Y al fin y al cabo, quien te quiere, te busca, porque a pesar de todos los problemas que hayáis podido tener, si de verdad le importas a alguien, y si de verdad el destino quiso que estuvierais unidos, esa persona siempre volverá a ti. Y por simples enfados, peleas, no te amargues ni te deprimas, porque recuerda que, si tú no le sonríes a la vida, nadie lo hará por ti.

viernes, 3 de agosto de 2012

Supongo que será cuestión de tiempo.

Llevo unos días pensando en todo esto, en el amor, en los sentimientos. Planteándome miles de preguntas pero no encontrar de ninguna manera respuesta, y creo que ya es hora de que me desahogue. Creo que gente como yo, esta en peligro de extinción. Hablo de esa gente que se enamora muy pocas veces en su vida, pero cuando lo hace, lo hace de verdad. Que intenta olvidarse de esa persona, pero no puede, le es imposible, e intenta hacerlo mediante otras personas, y nada. Hablo de esas personas que quieren, que aman, y aunque les hayan machacado el corazón de todas las maneras posibles, siguen sintiendo lo mismo, o incluso más, y a pesar de ello, no pueden olvidarle. Simplemente lo hace, si pierde todo tipo de contacto con esa persona, que sinceramente, es algo verdaderamente jodido. Y sí, yo soy de ese tipo de personas, y aquí estoy, 202 días después, y sigo completamente enamorada de la misma persona. Increíble, pero cierto. Me he parado a pensar muchas veces, que por qué no puedo olvidarle, si tengo miles de motivos para odiarlo, y para quererlo son escasos, pero el problema es, que cuando has llegado a amar tanto a una persona, podrás odiarla más, pero nunca la querrás menos. La verdad es, que estoy ya demasiado cansada, la misma historia, las mismas peleas, el mismo sentimiento, el mismo dolor, el mismo corazón, todo siempre es lo mismo, y normalmente cuando estas tan cansada de todo, solo quieres huir de eso, y empezar de nuevo. El problema es que me he acostumbrado a él, y aunque solo me haga daño, es adorable, y no puedo permitirme el perderle. 
Aún así, no pienso perder la esperanza de que llegará un día en que no será lo mismo, no será el mismo cosquilleo en el estómago, no será la misma felicidad, ni el mismo dolor, no será la misma importancia, pero lo más importante es, que no será el mismo sentimiento, y que eso sería de lo mejor que me podría pasar, a si que supongo que por eso mismo dicen que lo bueno, se hace esperar.