Triste. Débil. Enamorada. Confundida. Rota. Deprimida. En estos momentos no sé con cuál de esos adjetivos podría definir mi estado de ánimo, la verdad es que no podría elegir uno solo, ya que todos son los que me completan. O no. Estoy echa un lío, y rota también, pero en trozos pequeños, y en sí machacados, el problema es que más de la mitad me los rompió y machacó la misma persona, y como para completar algo hay que terminarlo, he terminado yo de rematar los que quedaban. He llegado al límite, ya no puedo fingir más… fingir que estoy bien, que asumo mis errores, que asumo que lo he olvidado, que asumo que me va estupendamente, que todo es cuestión de tiempo, y un largo etcétera, ya no puedo más. Que el ser fuerte llega a un límite, y yo lamentablemente lo he superado. Que esto es demasiado para mí, se me echa todo encima. Sinceramente, lo único que me apetece ahora es desaparecer, para siempre, porque creo que así es la única manera de que se solucionen mis problemas. Dicen que todo se cura con el paso del tiempo, y debo decir que creo que es mentira. Porque hay cosas que por más que quieras, es imposible curar, porque cuando están sin parar de tocar la herida, cada vez se infecta más y más, y así es imposible curarla. Supongo que eso es exactamente lo que me pasa a mí. Pero no puedo más, esto me supera. Lo único que tengo claro es que mis esperanzas se han acabado, y lo único que puedo decir en estos momentos, es que no estoy bien.
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viernes, 24 de agosto de 2012
sábado, 4 de agosto de 2012
Debemos recordar siempre, que después de algo malo, viene algo bueno.
Llega un momento, en el que tienes tantos problemas, que piensas que no tienen solución, y te dicen que si tienen, pero tienes que encontrarla, y tu insistes en que no, que no la encuentras, pero, ¿sabes? Todo problema tiene su solución, y no es cuestión de encontrarla, sino de saber buscarla. Unos meses atrás, fueron los peores meses de mi vida, en el que me pasaba exactamente eso, y suelen decir que lo que no te mata, te hace más fuerte y que maduramos con los daños, no con los años, ¿no? Pues yo he aprendido que no merece la pena sufrir, por alguien que no supo valorarte. He aprendido que a veces, con quien más nos peleamos, es con quien más nos queremos. Que la vida, no todas las personas que te pone por tu camino son las correctas, algunas son simples lecciones para que cuando venga la destinada, estés preparado. He aprendido que si hay cosas que te duelen, que te matan por dentro, no debes callártelas, porque fingir que no duele, duele el doble. He aprendido que a pesar de la distancia, esos km jamás separarán lo que un día unió el destino. También he aprendido que por más que ayudes a una persona, nunca se dará cuenta, pero cuando cometes un error, no lo olvida nunca. He aprendido que lo que mal empieza, mal acaba. Y al fin y al cabo, quien te quiere, te busca, porque a pesar de todos los problemas que hayáis podido tener, si de verdad le importas a alguien, y si de verdad el destino quiso que estuvierais unidos, esa persona siempre volverá a ti. Y por simples enfados, peleas, no te amargues ni te deprimas, porque recuerda que, si tú no le sonríes a la vida, nadie lo hará por ti.
viernes, 3 de agosto de 2012
Supongo que será cuestión de tiempo.
Llevo unos días pensando en todo esto, en el amor, en los sentimientos. Planteándome miles de preguntas pero no encontrar de ninguna manera respuesta, y creo que ya es hora de que me desahogue. Creo que gente como yo, esta en peligro de extinción. Hablo de esa gente que se enamora muy pocas veces en su vida, pero cuando lo hace, lo hace de verdad. Que intenta olvidarse de esa persona, pero no puede, le es imposible, e intenta hacerlo mediante otras personas, y nada. Hablo de esas personas que quieren, que aman, y aunque les hayan machacado el corazón de todas las maneras posibles, siguen sintiendo lo mismo, o incluso más, y a pesar de ello, no pueden olvidarle. Simplemente lo hace, si pierde todo tipo de contacto con esa persona, que sinceramente, es algo verdaderamente jodido. Y sí, yo soy de ese tipo de personas, y aquí estoy, 202 días después, y sigo completamente enamorada de la misma persona. Increíble, pero cierto. Me he parado a pensar muchas veces, que por qué no puedo olvidarle, si tengo miles de motivos para odiarlo, y para quererlo son escasos, pero el problema es, que cuando has llegado a amar tanto a una persona, podrás odiarla más, pero nunca la querrás menos. La verdad es, que estoy ya demasiado cansada, la misma historia, las mismas peleas, el mismo sentimiento, el mismo dolor, el mismo corazón, todo siempre es lo mismo, y normalmente cuando estas tan cansada de todo, solo quieres huir de eso, y empezar de nuevo. El problema es que me he acostumbrado a él, y aunque solo me haga daño, es adorable, y no puedo permitirme el perderle.
Aún así, no pienso perder la esperanza de que llegará un día en que no será lo mismo, no será el mismo cosquilleo en el estómago, no será la misma felicidad, ni el mismo dolor, no será la misma importancia, pero lo más importante es, que no será el mismo sentimiento, y que eso sería de lo mejor que me podría pasar, a si que supongo que por eso mismo dicen que lo bueno, se hace esperar.
Toda pregunta tiene su respuesta, solamente tienes que aprender a encontrarla.
-Al final, siempre acabo perdiendo a los que más quiero.
+¿Has perdido a tu mejor amiga?
-No, y estoy completamente segura de que no lo haré.
+¿Y sabes por qué? Porque estáis destinadas a estar juntas siempre. Porque cada pelea, cada discusión, habéis sabido sacarlo hacia adelante, y os apreciáis tanto la una a la otra, que nunca os cansáis de estar la mayoría del tiempo discutiendo, porque sabéis perfectamente que después de cada pelea, viene una reconciliación, y eso es lo más importante.
-Además de que en la vida encontraré a alguien como ella.
+No, y tampoco encontrarás a alguien como aquellos que perdiste, encontrarás a alguien mejor, porque, ¿te digo una cosa? cuando alguien se va de tu vida, es para dejarle hueco a alguien mucho mejor.
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