-¿Por qué lloras?
+Uf, nada, rayadas…
-No llores princesa, sonríe.
+¿Para qué? No tengo ningún motivo para hacerlo.
-¿Cómo que no? ¿Y tus amigos? ¿Y tus familiares? ¿No sonreirás por ellos? ¿Ni lo intentarás?
+En estos momentos no importan, solo él, él y él.
-Ah bueno, que es por él…Sácatelo de una vez de la cabeza, olvídalo.
+¿Crees que es fácil? Además, no sé por qué pero mi corazón me dice que no lo haga.
-¿Te doy un consejo?
+Dime.
-No estés mal, ni que te de igual todo, y lo más importante, no dejes de sonreír, por alguien que no supo valorarte.
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